Un taller de cocina es una excelente manera de aprender diversas materias para los niños, más allá de lo entretenido que es preparar algo rico y comerlo después. Entre las áreas involucradas tenemos:
a) Lenguaje: Se leen y conversan nombres de ingredientes que pueden ser familiares o desconocidos para los niños, se exponen distintas formas de cocción, cortes, etc, que les ayuda a enriquecer su vocabulario.
b) Pensamiento lógico matemático: una receta contiene diversos elementos en relación a este aspecto: cantidades a utilizar, volúmenes, secuencia de pasos en la receta, tiempos de preparación ... un sinfín de números amables que no intimidan sino que son importantes y hacen sentido.
c) Motricidad: Al preparar, armar y decorar los ingredientes de la receta se trabajan movimientos gruesos y finos, concentrados pero en entretenidos, y los resultados finales suelen ser muy buenos.
d) Estimulación sensorial: al participar de la preparación de una receta los niños pueden experimentar con todos los sentidos, tocando diversas texturas; oliendo y reconociendo frutas, verduras, condimentos; amasando; viendo los elementos en su forma original, escuchando los sonidos que hacen los ingredientes al partirse o los líquidos al ser vertidos y cuando se cuecen los alimentos, y por último...¡degustando!
e) Habilidades sociales: al interactuar con pares en una preparación, se debe respetar turnos para que cada uno reciba los ingredientes que usará; se fomentan modales como pedir por favor y dar las gracias, se valorar las actividades que cada uno puede hacer, y se reconoce el trabajo hecho por el grupo en conjunto.
¿Qué otras áreas pueden destacar ustedes? En Huepil Afterschool hace 5 años incluimos talleres todos los viernes en nuestra rutina, y este semestre comenzamos con talleres de una hora y media o dos horas y media los lunes,miércoles y sábado dictados por la repostera Sol Borda. ¡Los invitamos a inscribirse!
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